jueves, 29 de octubre de 2015

El encuentro

Ya encontraste lo que buscando no hallaste jamás.
No te lamentes por el tiempo perdido
y descubre que aún no estabas preparada en su lugar.
Que los caminos escogidos
fueron los adecuados para tu caminar.
Y que el viaje emprendido,
con un sencillo vaivén,
tuviste que aprender a aceptar.
Que creciste con el todo y con la nada,
descubriendo las piezas del puzzle
que aún te faltaban.
Y anidaste eternamente en tu corazón
y así tu llama más se acrecentaba.
¡Enhorabuena niña, mujer, humana y hermana!
Te has encontrado cuando el amor en ti incondicionalmente palpitaba.
                         Maite Díaz Ortega

miércoles, 28 de octubre de 2015

Cuando el miedo empequeñece y el amor engrandece

Mabel estaba tan asustada que apenas podía prestar atención a la rigidez que dominaba su cuerpo, sus gestos y su voz. Únicamente, el corazón retumbaba en su estatua, amenazándola con partirla en mil pedazos, lo que provocaba que su pecho se estremeciera aún más, bajándola de su respiración; y cada vez que esto sucedía, Mabel, iba haciéndose más pequeña. Su cuerpo encogió hasta casi desaparecer y así todo su ser. Sin embargo, el mismo corazón que amenazaba con romperla, comenzó a marcarle un ritmo que a ella le resultaba familiar y cálido. Entonces, la pequeña y miedosa Mabel se dio cuenta que estaba a punto de desvanecerse y que aquel nuevo y a la vez antiguo ritmo, la estaba invitando a subirse de nuevo en su respiración, pero esta vez de una manera muy distinta a como había hecho hasta ahora. En esta ocasión, el ritmo de su corazón la sedujo en un lento y profundo baile de inhalaciones y exhalaciones. Poco a poco, notó el aire que entraba por su nariz e iba nutriendo a todo su ser mientras lo soltaba despacio. También, reparó en sus pies sintiéndolos firmes y bien arraigados al suelo y así, cuidadosamente, fue redescubriendo su cuerpo y sintiéndolo desde dentro hacia afuera. Mabel, aceptó su nuevo templo, minúsculo como un grano de arena como consecuencia del miedo que yacía en su interior. Fue entonces, cuando comprendió el juego al que había estado jugando en la vida, el miedo había ocupado el lugar del amor que no se había profesado a si misma. En paz, tomó una buena bocanada de aire y mientras exhaló, Mabel renació y creció y creció hasta expandirse tanto en cuerpo, como en mente, como en alma.
                              Maite Díaz Ortega

miércoles, 21 de octubre de 2015

Palabras a mi madre

   Yo quisiera poder hilarte con palabras el manto de amor que tú te mereces.

Te doy mis ojos para que contemples lo importante que tú eres para mi, admirar la inmensa belleza que se halla tanto dentro como fuera de ti.

Te doy mi nariz para que huelas la tranquilidad que respiro cuando te abrazo, la fuerza que me transmites con cada paso.

Te doy mis orejas para que escuches la sabiduría que me heredas, un legado valioso mucho más que unas carísimas telas.

Te doy mi boca para que saborees cada uno de los besos que me das y que guardados, con sumo cariño, en todo mi ser están.

Te doy mi corazón para que sientas como lates en mi interior, que recuerdes siempre que tú fuiste, eres y serás mi más grande motor.

Te quiero profundamente, mamá!!

lunes, 19 de octubre de 2015

Hoy Elijo Renacer

Hoy elijo renacer,
comenzar de nuevo
viendo un inédito amanecer,
bañado el cielo
con sutiles colores que mis ojos alcanzan a ver.

Hoy elijo renacer,
rompiendo el silencio
con un quejío que emana de lo más profundo de mi ser.
Bebiendo el aire puro y,
dejándome balancear por mi respiración una y otra vez.

Hoy elijo renacer,
saborear los matices
impregnados en mi nueva piel.
Oler las texturas pintadas con lápices
deleitarme con los manjares mientras me visto de miel.

                         Maite Díaz Ortega

sábado, 17 de octubre de 2015

Transfor_Áma(r)te

Silencia_te para saber,
saber_te aprender,
aprender_te a creer,
Creer_te y cre_arte
cre_arte y crecer,
crecer y al fin, transfor_Áma(r)te.
                                  Maite Díaz Ortega