sábado, 27 de agosto de 2016

Ocho minutos de placer, ocho minutos de amanecer



Entre fogosos gemidos pudo divisar el horizonte. De pronto, sintió como su pelvis, involuntariamente, empujaba hacia abajo y sus piernas temblaban. Envuelta en una oleada de goce, su hija se deslizó sin dificultad por su vagina a la vez que el sol se manifestaba. Ocho minutos de sincronización entre ambos nacimientos como si fuesen setenta y dos años de un orgasmo prolongado.

                                                              Maite Díaz Ortega


viernes, 22 de julio de 2016

Bajarte del mundo

Hay días en que el mundo y mi cuerpo
se me quedan pequeños
y es entonces que me doy cuenta
de cómo me siento:
oprimida y ahogada,
maniatada y harta,
llena de mierda, saturada
y también muy cabreada.

Aunque mi gesto y mi cara
muestren un poema de rosas
a mi lo que me pasa
es que no digiero
ciertas cosas.

Y es que qué hace falta más
para bajarte de este mundo que va
sin rumbo, perdió el norte,
desvaneciéndose el horizonte
en el mismo momento ,
en que el ser humano
se sigue arrancando
sus ojos con sus propias manos,
a cambio
a cambio de bienes materiales
que a nuestro alrededor
causan grandes males.


                                                   Maite Díaz Ortega

martes, 19 de julio de 2016

Lienzo en blanco

Líneas, trazos y esbozos
de retratos y autoretratos
anhelando ser creados
Observando a los ojos
del abismo, profundo hastío,
de un acantilado
con los años perfilado,
erosionado,
las heridas despeñadas
dibujan un vacío que,
inerte en apariencia,
guarda los tesoros de la vivencia,
ignorados por el ego
admirados por la sapiencia
sabiduría, inteligencia
supremas
la llave que libera
la primera pincelada
en un lienzo en blanco
esperando a ser pintado,
de vida ser coloreado
ilustrando la belleza
de lo que con palabras
no puede ser contado

                                                Maite Díaz Ortega

Ruido

                                      Unas veces me visto con las palabras
                               y otras, simplemente, me voy desnudando

Sabré
(que) ser en paz
cuando el ruido
se haya alejado
mientras continúe
-el ruido-
he de seguir trabajando

Presto atención a las chicharras
algún grito lejano
de niños jugando
-el ruido-
se hace a un segundo plano y
las chicharras
aliviadas con la brisa
disminuyen su canto

Las moscas
esas pequeñas golosas
a mi alrededor flirteando
y el ruido, -el ruido- continúa
en un segundo plano

Uno de mis canes gruñe
mientras el otro
a su lado está
con madera entre pezuñas
Suspiro
en el segundo plano
-el ruido-
ya es intermitente

Tomo un instante
entro a liarme un cigarro
salgo y prendo la llama
algo de música
suena en la radio
Erik Satie
casa bien con este escenario

Las chicharras,
los niños gritando,
el ahora inexistente ruido
escriben las letras perdidas
a esta melodía de antaño
¡Qué maravilla todo el espectáculo!

Observarte
observarte sembrando
regando
de tus plantas cuidando
mientras todo alrededor
se funde
en un baile sincronizado
como si una sencilla película muda
se estuviese filmando
Respiro
-y en el segundo plano-
ya no hay segundo plano
el ruido se fue
y con él se lo ha llevado

Ahora soy paz
en mi presente...

                                                        Maite Díaz Ortega





jueves, 14 de julio de 2016

Y es que yo quiero contigo



No me gusta cuando nos gritamos
cuando nuestros brazos arrancamos
y entre nosotros nos alejamos
Y es que, a veces,
las palabras que pronunciamos
son en el  mismo idioma,
pero las interpretamos
 según nuestra persona
nuestras mierdas y hormonas
transformando el idioma
en lengua codificada
como si se tratase de una cruel broma
Broma que nos acordona,
nos oprime el pecho
y nos derriba en la lona
manchados y atragantados
con nuestra propia vomitona
y me niego, me niego a que éste
sea nuestro destino
y  de buena letra se
que tú tampoco quieres ese camino

ayer le aullamos a la luna
mil palabras de libertad
y una canción de cuna
susurrándome palabras
encadenadas, tu me rapeabas
letras con corazón improvisadas
invitándome a crear contigo
en directo y en vivo
nuestros sueños más dormidos

y es que
yo quiero contigo
seguir haciendo camino
impulsando nuestro latido
durante todo el recorrido
y brotar la vida de las entrañas
de esta tierra que nos amamanta
y es que
yo quiero contigo
amar lo vivido
sembrar el abrigo
de nuestro cobijo
cálido hogar que
con  fuego y aire
es nutrido.

Y es que tantas cosas yo quiero contigo
que se me queda corta esta vida…


                                                                 Maite Díaz Ortega

martes, 12 de julio de 2016

Sentido

Los caminos a mis recuerdos
son un tanto conocidos
y es que muchas veces
 los he recorrido,
ausentándome del presente,
 por mi omitido,
en busca de respuesta
 de algun que otro acertijo,
capturando las piezas
que antes no tenían sentido,
aisladas claves para descubrir
 parte del entresijo
de la vida, sus vasos sanguíneos
y también de sus hijos,
regresando a un futuro
que en presente es vivido,
encajando los fragmentos,
 que antes sin sentido,
de un rompecabezas sensiblemente dividido
multiplican el significado de lo que hasta ahora
 fue exprimido:
sentido, sentido, sentido...

Atención muestra el camino,
 sentido
el común ausente en el ser racional vivo
que muerto escucha,
 mas sin poner atención al oído fino,
engordando el hambre del ego
 sin saborear los vocablos emitidos,
removiendo lucidez, visión y clarividencia
  por ojos podridos
conservando el putrefacto hedor,
 meten sus narices,
estornudando juicios y prejuicios
sentenciando la piel
que libre de aspereza,
 está condenada a sufrir
 la dureza
de los que apuntan con el dedo,
 sin primero,
haberse apuntado ellos,
acostumbrados, dogmatizados
se han olvidado que la mierda
en ellos también está habitando,
que por mirar para otro quien
y para otro lado
en lugar de mirarse para adentro,
el nombre de cobarde
se ha hecho su aliado,
solos, sin saborear el valor 
de empezar a cambiar la casa
por su propio tejado,
tapian sus oídos
creyendo así que el ruido
habrá cesado.
                                                                     Maite Díaz Ortega




sábado, 25 de junio de 2016

Acción y movimiento

Con la ayuda de tus manos mi aliento yo armo
con rebeldía y poesía que ahora te canto
soltando la rabia a través de letras que tú me vas narrando
y que ponen nombre a lo que dentro mía está pasando.

Me costó años dar el paso para el gran salto,
pero, ¿qué es el tiempo sino el espacio necesario
para reunir el valor para un profundo cambio?

Conquisté mi interior, conquisté mi reino
adquirí el poder del  saber y del conocimiento
de romperme en mil pedazos y organizar mi renacimiento.

Poniendo el corazón en cada intento,
te escuchaba decirme no cejes en tu empeño,
que la que sabe morir, nacer sabe desde sus adentros,
palabras que hoy inspiran mi movimiento

Comprendí el paso, las cadenas y su peso
que me ahogaban apretando mi sufrimiento,
quejío silencioso retumba sin eco tierra adentro

Coloqué en la acción el acento,
sacudí el temor, el miedo y el lamento,

procurando sembrar semillas de libertad
como primer cimiento.

Aquí sigo y aquí me encuentro
en el camino, andando y conquistando mi epicentro
aumentando la intensidad de mis pasos sangrientos,
expresando el aprendizaje de mis propios desencuentros.

                                                                       Maite Díaz Ortega















viernes, 17 de junio de 2016

divagaciones II


¿y si diéramos el paso transformando el fracaso
en huellas pisando el ocaso
del mundo mundano que tanto nos ata,nos desgarra y nos machaca?

¿y si quisieras conmigo andar el camino que abre fronteras
donde sólo debería haber cielo, aire, agua y tierra
y no personas muriendo en pateras?

¿y si tu vieras conmigo que es la vida que se nos escapa
con nuestro tiempo invertido, momentos no vividos
desperdiciando vida a cambio de míseras monedas en nuestro valioso camino?

¿y si compartiéramos las ganas, las fuerzas y la rabia
de las voces asesinadas, hundidas y repatriadas
desencadenando nuestras almas atrapadas....?


                                                                                   Maite Díaz Ortega
                                           


miércoles, 15 de junio de 2016

Libre Camino

Hagamos de la rabia
la llave que nos abra la puerta
y dejar de estar en Babia.

Hagamos de las letras
la música que nos lleve
a una inédita era.
 
Hagamos del dolor
el aprendizaje
de una paradójica bendición.

Hagamos del amor
nuestra fuente de unión,
nutriendo el fuego
de la creación.

Hagamos del mundo
un lugar mejor
donde la paz
no sólo sea ensoñación.

Hagamos de lo imposible
posible nuestra motivación
y juntos decapitar
al gran opresor.

Hagamos que fluya
el poder de la sanación,
cada vez que tu corazón y el mío
bombardean al unísono.

Hagamos de la rebeldía
canciones, versos y poesía,
entonando aires de libertad
en nuestro día a día.

¿Tanto le temes a la libertad?
Con coraje, amor y valentía,
el camino a la libertad
deja de ser utopía
transformando la realidad,
la tuya y la mía,
mostrándonos la verdad
la que nos dignifica.

                                                                                          Maite Díaz Ortega

martes, 14 de junio de 2016

Nacer, Morir, Nacer

Nacer y curiosear,
curiosear y descubrir.
Descubrir y aprender,
aprender y saber de mi.
Saber de mi y no saber,
el miedo mostrando alarmante su tez,
hace de la duda, la nueva invitada en mi ser.
Duda y locura,
locura y cordura,
baile, danza y limpieza profunda,
aclarando y dando espacio,
desechando, tirando y quemando
lo que ya no me sirve y también me hacía daño.
Desaprender lo aprendido,
creando a través de mi júbilo
así como de mi  llanto,  tantas veces perdidos.
Crear, creyendo que todo lo andado
no merece ningún lamento
porque es éste el camino que me conecta al auténtico entendimiento,
ése que se halla en mis propios adentros.
Entender y morir en el intento
las veces que sean necesarias
para los posteriores renacimientos.

                                                                                      Maite Díaz Ortega

lunes, 13 de junio de 2016

Palabras al Viento II

Susúrrame al oído, Amor,
la Verdad de la Esencia humana.
Tócame el corazón, Amor,
y así levantarme cada mañana.
Abrázame el alma, Amor,
para que ya no duelan las balas.  



                                                                                                                     
                                                                                     Maite Díaz Ortega

jueves, 19 de mayo de 2016

Mi niña

Desde dónde me encuentro puedo vislumbrar el túnel en el que te hallas, puedo hacerlo porque lo recorrí hace ya un tiempo. Es oscuro, aparentemente infinito y hace mucho frío dentro. Las paredes, en ocasiones, parecen amenazarte con aplastarte y sientes que ya no puedes más, que estás a punto de romperte en mil pedazos. Tranquila mi niña, sabrás encontrar la salida por tus propios medios y con tus propios miedos. Y se que sabrás hacerlo porque yo fui capaz.  Has querido que camine en estos momentos contigo y os agradezco a ti y a la vida por tener la oportunidad de terminar de sanar aquellas viejas heridas. Lo primero que has de saber es que no estás sola y no es porque yo camine junto a ti, sino porque te tienes a ti misma. Confía en ti, confia en tus capacidades, confía en tu son.risa, confia en esa vocecilla que, de algun modo, hace tirar de ti hacia adelante, de esta forma comenzarás a encender una pequeña luz que te ayudará a caminar por el túnel. Obsérvate, ¡eres preciosa!, pero no porque yo te lo diga, mírate con verdaderos ojos y lo comprobarás por ti misma. Agradécete, abrázate, acaríciate, mírate al espejo desnuda, permítete atravesar la vergüenza, obsérvate y detente en aquellas partes de tu cuerpo por la que sientas rechazo, acaricialas, mímalas, ofrécele todo tu cariño, todo tu amor; de esta forma, mi niña, empezará a no hacer tanto frío en este túnel. De la misma manera que has elegido compartir este camino conmigo, tienes la habilidad de dejar que otros caminen junto a ti o no, no tienes que darle cabida en tu vida a esas personas que no saben valorarte, que se meten con tu físico y que no aportan nada positivo por el hecho de querer ser aceptada .Eso sólo te está trayendo sufrimiento, y no porque yo te lo diga, tú misma has tenido la valentía de reconocértelo a ti misma y yo sólo soy testigo de ello. Dejarás de tener la necesidad de que otros te acepten cuando tú comiences a aceptarte y aceptarte implica que seas consciente de que tienes claros y oscuros que forman un todo, en este caso tú. Cuando des el primer paso en este sentido, mi niña, el túnel terminará y de él saldrás reforzada, renacida, brillante, saldrás viva y llenetica de amor y una vez más, seré testigo de como creces y no porque yo te lo diga, sino porque ya has empezado a saber mirar la verdad en tu corazón. Gracias por existir y por ser, por darme la oportunidad de verme en ti cuando tenía tu edad y poder sanarnos juntas. Te quiero, mi niña.


Va por ti y por mi y por todas las niñas rotas que aprenden a hilarse...

                                                                                         Maite Díaz Ortega



viernes, 15 de abril de 2016

¡¡Hasta mi divina raja!!

¡Harta! De que me digan cómo ha de ser mi cuerpo.
¡Harta! De que me manipulen y me posean con todo esto.
¡Harta! De que no se respeten mis indómitos ovarios,
si redonda soy como la tierra y cíclica como la naturaleza;
y no lineal como me tratan de vender varios.
¡Estoy muy harta! De escuchar a niñas de diez años asqueadas de su propio templo,
¿no será que lo ven en esta oscura sociedad y ellas lo andan repitiendo?
¡Harta! De que mi cuerpo de mujer tú lo veas
como un objeto que puedes libremente coger.

¡Hijo del patriarcado! ¡Hijo del violento!
Lo estás haciendo muy bien, papá está muy contento.
Pues si papá no anima a sus propios hijos, sería el principio de su fin y también un profundo lamento
de muchos interesados en perpetuar un sistema
para manipularte, anularte
y así poder controlarte,
y mantenerte muy adentro,
para que no veas que ellos construyen tu cárcel,
en la que después, se cagan dentro.

¡¡¡Ayyy, pero que harta que estoy!!!

                           Maite Díaz Ortega

lunes, 29 de febrero de 2016

Incertidumbre

Nunca quise entender
al Ser que no Es
ni ponerme en su piel,
ni seguir las huellas que dejan sus pies.

Nunca supe entender
al miserable que es
dueño, amo y señor,
durante siglos, de nuestro añejo sudor.

Nunca voy a entender
como el despreciable jamás aprendió
a querer, amar y crecer,
mas sí supo como someterse al Poder.

Nunca sabré entender
que con el sufrimiento ajeno
tú sacies tu sed,
con cadenas invisibles
que el esclavo no ve.

                          Maite Díaz Ortega