martes, 12 de julio de 2016

Sentido

Los caminos a mis recuerdos
son un tanto conocidos
y es que muchas veces
 los he recorrido,
ausentándome del presente,
 por mi omitido,
en busca de respuesta
 de algun que otro acertijo,
capturando las piezas
que antes no tenían sentido,
aisladas claves para descubrir
 parte del entresijo
de la vida, sus vasos sanguíneos
y también de sus hijos,
regresando a un futuro
que en presente es vivido,
encajando los fragmentos,
 que antes sin sentido,
de un rompecabezas sensiblemente dividido
multiplican el significado de lo que hasta ahora
 fue exprimido:
sentido, sentido, sentido...

Atención muestra el camino,
 sentido
el común ausente en el ser racional vivo
que muerto escucha,
 mas sin poner atención al oído fino,
engordando el hambre del ego
 sin saborear los vocablos emitidos,
removiendo lucidez, visión y clarividencia
  por ojos podridos
conservando el putrefacto hedor,
 meten sus narices,
estornudando juicios y prejuicios
sentenciando la piel
que libre de aspereza,
 está condenada a sufrir
 la dureza
de los que apuntan con el dedo,
 sin primero,
haberse apuntado ellos,
acostumbrados, dogmatizados
se han olvidado que la mierda
en ellos también está habitando,
que por mirar para otro quien
y para otro lado
en lugar de mirarse para adentro,
el nombre de cobarde
se ha hecho su aliado,
solos, sin saborear el valor 
de empezar a cambiar la casa
por su propio tejado,
tapian sus oídos
creyendo así que el ruido
habrá cesado.
                                                                     Maite Díaz Ortega




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