miércoles, 22 de octubre de 2014

Charlas en el jardín con mi padre

-Tengo tantas cosas que decirte, papá que no se por dónde empezar.
-Pues empieza por el principio, hija.
-Está bien. ¡Te quiero mucho, Vati!
-Y yo a ti, cariño. Continúa.
-Sí, claro.  Quiero darte las gracias por haber sido un padre excelente, por haberme querido como lo hiciste, por pasar todo el tiempo que podías conmigo, por permetirme ser yo, por jugar conmigo, por enseñarme tu parcelita de huerto y soportar que te lo destrozase todo, recuerdo esos momentos contigo con mucho cariño y contenta de haberlos vivido. Al igual que cuando me llevabas contigo al trabajo, algun día que podías y me enseñabas a tomar medidas y me explicabas las cosas. También me encanta haber vivido los momentos del sofá donde nos dejábas que la hermana y yo te espachurrásemos mientras estabas tumbado intentando descansar después de un duro dia . Gracias, Vati, por prestarte a jugar también con mis amigas, ¿recuerdas cuándo estabas sentado en el sillón, haciendo como que veías la tele y Loli y yo nos acercábamos despacito porque tu estabas con un gesto impasible, completamente inmóvil y después nos pegabas un susto? Qué risa. También te agradezco el que me enseñaras a hacer esos huevos fritos con ajos, a algunos de mis amigos les encanta. Y, ¿recuerdas aquella vez que me desperté junto a mamá y a ti y la abrazabas y me echabas de vuestro lado bromeando?, gracias por esos momentos y muchísimos otros que vivimos.
-Me alegra oír lo que me dices, mi amor. Fueron seis años únicamente pero me encargué de que cada día supieses lo que te amaba, para que hoy sepas que aún te amo.


                                                                                                                        Maite Díaz Ortega

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